El grupo Science publica simultáneamente cuatro artículos -dos en la revista Science, uno en Science Immunology y otro en Science Translational Medicine, que incluyen avances en una estrategia secuencial de vacunación para obtener una prometerora vacuna eficaz frente al virus VIH.
La epidemia de sida fue una de las cinco más mortíferas de la historia de la humanidad, junto a la peste negra, la viruela, la gripe española o el Covid. Comenzó a mediados de los años 70 del siglo XX y el virus causante, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), no se identificó hasta 1983. El VIH, cuando infecta al ser humano, invade las células del sistema inmune y en sus etapas más avanzadas provoca el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida o sida, acrónimo que todavía hoy es una gran causa de rechazo ydiscriminación.
La enfermedad asoló a países de todo el mundo en los años 80 y provocó más de 30 millones de muertes: todavía hoy más de 35 millones de personas conviven con la enfermedad, aunque ya no es tan virulenta gracias a los avances en tratamiento antirretroviral (TAR).
Prácticamente desde el primer momento en que se identificó al culpable comenzó contrarreloj la búsqueda de una vacuna preventiva contra el sida, pero las diferentes vías de investigación han estado repletas de fracasos dada la extrema complejidad de la biología del VIH que le confiere una capacidad para mutar rápidamente.
Su gran diversidad genética, sus complejos mecanismos de evasión inmune y su capacidad para integrarse en las células del huésped y «hacerse invisible» a la respuesta inmunológica. Todavía hoy no se ha encontrado una vacuna candidata viable ya que el VIH ataca a las mismas células del sistema inmune que se encargan de las defensas.
Estos nuevos estudios publicados en Science aportan datos de nuevas y diferentes estrategias para obtener anticuerpos neutralizantes frente al VIH, que lograrían una respuesta inmunitaria eficaz y duradera y en la práctica supondría detener la capacidad de infección del virus. Una de las propuestas ya está en fase inicial de ensayos clínicos (tratamientos experimentales en unos pocos paciences) y otros dos estudios se han realizado solo en animales.
«Todos los intentos que se han hecho para obtener vacunas preventivas frente al VIH han fracasado durante décadas», apunta Josep Mallolas, jefe de la unidad VIH-SIDA del Hospital Clínic de Barcelona, en la plataforma de divulgación Science Media Center (SMC).
Los métodos empleados en en estos estudios buscan obtener anticuerpos neutralizantes de amplio espectro, una estrategia ya conocida y utilizada anteriormente, y los estudios publicados en Science analizan en profundidad la evolución de los anticuerpos que se van generando secuencialmente.
«Aunque la idea es prometedora, todavía no hay estudios clínicos que la avalen, prosigue este experto, por lo que la vacuna efectiva tardaría años en llegar. «Tan solo en un caso de ellos hay un ensayo clínico en fase I en marcha. Falta, por tanto, todo el desarrollo clínico que aporte datos de seguridad y eficacia». No obstante, todo parece apuntar a que pudieran ser una opción que podría ser efectiva en prevenir la infección por el VIH y una prueba de concepto muy interesante que debe seguir investigándose».
Mariano Esteban, jefe del grupo de Poxvirus y Vacunas en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), coincide en que «los estudios son de muy alta calidad e importantes para el desarrollo de vacunas eficaces frente al VIH».
«El porqué de que no hayamos conseguido aún desarrollar una vacuna eficaz frente al VIH reside en que con las distintas formas vacunales ensayadas no hemos sido capaces de inducir respuestas inmunitarias con producción de anticuerpos neutralizantes (bNabs) de amplio espectro de acción frente a las distintas variantes del VIH». Diferentes grupos de investigación vienen ensayando formas modificadas de administración de la proteína de la envuelta (Env) del VIH en modelos animales para conseguir la producción de dichos anticuerpos bNabs.
Lo que se demuestra en los artículos publicados en Science, explica Estevan son «avances importantes hacia la consecución de dicha diversidad de anticuerpos neutralizantes mediante el diseño de antígenos Env con mutaciones selectivas y protocolos de vacunación cuya finalidad es conseguir linfocitos B que hayan madurado en los centros germinales y con capacidad para producir bNabs de amplio espectro de acción».
Las limitaciones la imponen los ensayos preclínicos en modelos animales, que, aunque son necesarios e importantes, no reflejan exactamente lo que ocurra en seres humanos. No obstante, los datos aportados favorecen la utilización de dichos protocolos en ensayos clínicos, ya en marcha. «Como en todo proceso científico, no debemos extrapolar los resultados obtenidos a la consecución de una vacuna contra el VIH, pero sí resaltar la importancia de las recientes publicaciones como un paso más directo hacia la consecución del tipo de anticuerpos Nabs más racionales y eficaces».
«Los resultados clínicos nos dirán lo lejos que hemos llegado con este tipo de aproximación vacunal de immunizaciones progresivas. Una luz de esperanza se abre hacia el entendimiento de cómo atacar mejor al VIH después de tantos años desde su identificación como agente causal del sida en 1983″.
Julià Blanco, jefa del grupo Virología e Inmunología Celular en el Instituto de Investigación del sida IrsiCaixa, ahonda en esta aproximación científica: «La proteína de envuelta del virus del VIH tiene diferentes regiones que son reconocidas por los anticuerpos neutralizantes», explica.
«Para una región específica (el sitio de unión a CD4), esta estrategia ya se había utilizado e incluso ha llegado a estudios en humanos. Ahora tenemos una segunda región (la base del lazo V3) que puede también ser utilizada de manera similar. Si se combinan ambas estrategias se podría generar una mayor cantidad y diversidad de estos anticuerpos neutralizantes, lo que haría más eficaz una potencial vacuna«, detalla la experta.
«También los estudios nos hacen patente la dificultad de generar una vacuna contra el VIH. La vacunación secuencial puede ser una excelente estrategia, pero puede necesitar de un número excesivo de inmunógenos, lo que complicaría convertir esta estrategia en un producto que llegue a la población más necesitada. Queda mucho trabajo por delante».
CUATRO DÉCADAS BUSCANDO UNA VACUNA
En cuatro décadas ha habido muchos intentos de producir una vacuna contra el VIH, y todas las vías de investigación han acabado en fracaso, entre ellos el Proyecto Mosaico de Janssen (Johnson & Johnson), cacelado el año pasado cuando ya estaba en fase clínica III por falta de eficacia.
Las primeras vacunas que se probaron intentaban estimular el sistema inmunitario para producir anticuerpos neutralizantes, sistema similar que se utilizó para las vacunas del Covid. No sirvieron porque el VIH muta a una velocidad mucho mayor a la que necesitan los anticuerpos para defender el organismo.
Una segunda generación de vacunas se probó a partir del año 2000 con la estrategia basada en fortalecer a los linfocitos T, que además de ser células fundamentales del sistema inmunológico también pueden destruir a las células infectadas con el virus, enfoque que tampoco funcionó.
La tercera línea de investigación que se está desarrollando en la actualidad está sustentada en los denominados anticuerpos ampliamente neutralizantes, producidos por un porcentaje mínimo de personas que conviven con el VIH y pueden atacar a muchas cepas del virus a la vez.
Los linfocitos B (otros de los que forman la defensa del sistema inmunológico) están vinculados a la aparición de los anticuerpos ampliamente neutralizantes, que según lo que está verificando la ciencia, administrados en dosis elevadas podrían prevenir el VIH.
Otra vía de investigación en España es la del Hospital Clínic de Barcelona y el Instituto de Salud Carlos III mediante una vacuna que pueda bloquear los denominados virus fundadores responsables de la infección.
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