Nacional
Preocupación por incremento de cáncer ginecológico en Venezuela

La toma de conciencia por la prevención con el control rutinario de la paciente y reforzar la educación del personal médico para poder tener un diagnóstico certero son los puntos considerados por especialistas, para evitar el riesgo de las mujeres a padecer el cáncer de mama y ginecológicos, en los que el cuello uterino lleva el segundo lugar de incidencia en el país.
Sin acceso a la data oficial, pero las alertas vienen de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2022, con la prevalencia del cáncer de mama en 30,7% en el mundo y conociendo un estimado de entre 3.000 a 3.500 muertes en Venezuela. Al año siguiente, advertían más de 604 mil con 342 mil decesos por afección en el cuello uterino, figurando el Virus de Papiloma Humano (VPH) como la causa más frecuente, pese a que es 80% controlable. Ocupó el segundo lugar en este país.
El llamado a la prevención conlleva a la organización de la I Jornadas Científicas de Oncología «Dr. Néstor Ortega Blanco» para el 31 de mayo y 1 de junio en Colegio de Médicos. «Buscamos educar tanto a la mujer y al médico para lograr un diagnóstico a tiempo y certero», explica el oncólogo, Néstor Ortega, vicepresidente de la Sociedad Anticancerosa en Lara, para insistir que el cáncer puede curarse en primeras etapas y que el profesional de medicina general, internista o ginecólogo debe estar capacitado para tener la sospecha ante síntomas silenciosos.
Según el cirujano oncólogo, Pedro Sarmiento, se tienen algunos casos de cáncer de mama de pacientes menores de 25 años, cuando ni siquiera tienen la edad promedio para la mamografía (luego de 35 años). Se pide más vigilancia cuando hay antecedentes familiares.
El estilo de vida puede influir, la depresión constante debilita el sistema inmunológico. El control debe ser anual.
El Aragueño
Noticias
Nuestra sede usurpada

Han pasado 6 meses exactos de la arremetida arbitraria y cobarde por parte del régimen contra nuestra sede ubicada en la Zona Colonial de Carora. Allanada sin que mediara una orden judicial, actualmente alberga una cantidad ilimitada de esbirros que se están aprovechando de lo ajeno.
¿La razón? De acuerdo con los invasores, la ocupación se produce por una presunta orden emanada desde la presidencia, sin que llegaran a mostrar un documento y orden que lo certificara. Vino acompañada esa agresión a nuestras instalaciones con abusivos amedrentamientos contra el personal de mantenimiento del edificio, y bloqueo del paso de la calle San Juan, entre Bolívar y Torres, que alteró la paz de los vecinos.
El ensañamiento y la presión para obtener información sobre el paradero del director Mario Sosa y del editor-presidente, y a su vez alcalde Javier Oropeza, desató una ola de comentarios que despertaron mucha incertidumbre.

Rápidamente la información sobre el allanamiento circuló por todo el país. La toma arbitraria de una institución dedicada a informar desde hace 24 años no pasó inadvertida, motivando preocupaciones y condenas. Se confirmó con ello lo que a voces el mundo conoce: que Venezuela vive una dictadura, está vez sin careta.
La acción de estos lacayos resentidos de una revolución moribunda, estuvo dirigida por Julio Chávez y Elvis Méndez. Sobran testimonios de las veladas intenciones de Julio Chávez de querer desmoronar el patrimonio familiar de Javier Oropeza.
No conformes con atacar el diario de los torrenses, también arremetieron en simultáneo contra nuestra sede hermana en Barquisimeto, «El Diario de Lara», otro de los bienes pertenecientes a Oropeza.
El hostigamiento contra Mario Sosa como director por la cobertura de los actos convocados por la oposición venezolana luego del 28 de julio, lo llevó a abandonar el país. Además, lograron desarticular al equipo humano que laboraba a diario con Sosa; a la par, incautaron bienes del medio de comunicación de manera desmedida, causando pérdidas incalculables y dejando sin empleo a los trabajadores.
Hoy, a pesar de las acciones radicales y cobardes de la dictadura, EL CAROREÑO continúa siendo la voz de los torrenses con las limitaciones que las circunstancias han impuesto. Seguimos manteniendo el canal informativo a través de las redes sociales, pese a las adversidades.
Los torrenses hoy, quedaron a merced de cuestionados comunicadores rendidos por unas lochas. Le pusieron precio a la dignidad y los convirtieron en cómplices del régimen. Ahora, lo que reina en Carora, es un libertinaje en las distintas plataformas digitales.
A seis meses de ser despojados de su sede, EL CAROREÑO sigue siendo una institución. No se trata de Mario Sosa o Javier Oropeza los vulnerados, es todo un municipio al que le han confiscados su derecho a estar informado.
Como buenos hijos de esta tierra repleta de historia periodística, seguiremos luchando por el derecho inalienable de seguir informando con la verdad por delante y sin ocultar nada.
Seguro estamos que este paréntesis ajeno a nuestra voluntad será breve, y prontamente regresaremos a la casa de siempre.
Agradecemos a los medios que se han solidarizado con nuestra situación, y que acompañamos en la causa de quienes enarbolamos la libertad de expresión y el derecho constitucional a estar informados.
Mario Sosa, desde el exilio.